1ª Temporada
La urbanización Mirador de Montepinar está por fin completa. A pesar de que los pisos son defectuosos, los timbres no funcionan, las paredes son de papel, la domótica es su enemiga, sus residentes conforman un singular y heterogéneo grupo; hay un par de vecinos muy pero que muy molestos formados por Antonio (Jordi Sánchez) y Berta (Nathalie Seseña), Maxi (Eduardo Gómez) y Coque (Nacho Guerreros) son el portero y el jardinero que tienen dudosos curriculums, una familia caótica formada por Enrique (José Luis Gil), Araceli (Isabel Ordaz), Fran (Eduardo García) y la suegra Doña Charo (Emma Penella), una pareja de recién casados integrada por Lola (Macarena Gómez) y Javi (Antonio Pagudo), Cris (Malena Alterio) una alquilada denominada como la Bridget Jones española, Leo (Luis Miguel Segui) el 'pesado oficial' del vecindario, dos prejubilados llamados Vicente (Ricardo Arroyo) y Goya (Beatriz Carvajal), un moroso antisocial, Sergio (Adriá Collado) un famoso galán de telenovela, dos okupas ancianas integradas por Izaskun (Mariví Bilbao) y Mari Tere (Gemma Cuervo), un matrimonio con niños, formados por Amador (Pablo Chiapella) y Maite (Eva Isanta) y por último, Miranda (Vanesa Romero), Eric (Elio González) y Joaquín (Guillermo Ortega), los trabajadores de la constructora. Se relataban en clave de humor las aventuras, conflictos y problemas cotidianos a los que se enfrentaban, los primeros meses, los habitantes y trabajadores de un edificio de nueva creación situado en la periferia de una gran ciudad que constaba de un total de diez viviendas y de un local comercial, en el que se abrió una peluquería.Problemas económicos, sentimentales y personales sacudieron a los residentes del "Mirador de Montepinar", complejo residencial que en la segunda temporada contó con Amador como flamante presidente de la comunidad y albergó en uno de sus locales comerciales el bar "Max & Henry", nuevo negocio hostelero de Enrique Pastor. Dos mujeres separadas y desengañadas de la vida -Blanca (Mónica Pérez) y Nines (Cristina Medina)- se mudaron al inmueble con el objetivo de iniciar una nueva etapa vital en el singular vecindario. Las recién llegadas se convirtieron junto a Raquel, la directora comercial de la empresa constructora, en las nuevas inquilinas del piso de dos dormitorios perteneciente al paranoico matrimonio Recio. Amador fue nombrado nuevo presidente de la comunidad de propietarios. Su visión de cómo solventar los problemas vecinales chocó frontalmente con la gestión de Leo, el vicepresidente del inmueble. Obsesionada con su nuevo estatus de "primera dama" del edificio, Maite, esposa de Amador, renovó su fondo de armario y trataba a Maxi y a Coque como empleados particulares. En el plano familiar, los Cuquis vivieron una de las peores situaciones de su vida cuando Maite perdió su trabajo tras informar a su empresa que estaba nuevamente embarazada. Maite está embarazada de Sergio y se lo oculta a su familia. Una vez que Amador se entera de la infidelidad, la familia se desestructura y se convierte en un infierno la convivencia. Tras la inesperada huída de Araceli del hogar conyugal, Enrique se vio obligado a afrontar en solitario múltiples problemas familiares y domésticos, derivados fundamentalmente de la compleja relación con su hijo Fran (Edu García) y con Julián (Manuel Andrés), su padre. Enrique y Julián compitieron entre sí por la educación del niño, situación que provocó diversos conflictos en el clan Pastor. Maxi, el conserje del edificio, se convirtió en una de las personas más influyentes de su vida. El extraordinario poder de convicción de Maxi llevó a Enrique a trasformar la peluquería de su ex-mujer en un bar, iniciativa que repercutió negativamente en la economía familiar. En el plano personal, el separado cincuentón, que intentaba rehacer su maltrecha vida sentimental, despertó la pasión de un amplio abanico de mujeres, entre ellos, su vecina Mari Tere. Para Los Recio, la pérdida de Cris como inquilina, la preocupación de que Enrique no pudiera satisfacer a sus obligaciones comunitarias y la inauguración del bar, son algunas de las situaciones que agobiaron y sacaron de sus casillas a los problématicos propietarios del 1º C.Por su parte, Javi, el recién casado, tras comparar su estilo de vida con el de los solteros Sergio y Joaquín, descubrió que su esposa Lola y su madre Goya se odiaban abiertamente, por lo que el joven entró en crisis.
3ª Temporada
Impetuosa, arrolladora e indomable: así es Estela Reynolds (Antonia San Juan), la madre de Lola, actriz cuya trayectoria interpretativa pasó prácticamente inadvertida durante la época cinematográfica conocida como "el destape". excéntrica e indiscreta, interfirió en la vida de pareja de su hija y mantuvo una compleja relación con su yerno y sus consuegros. La envidia y los celos se desataron en el sector femenino de la urbanización con la llegada de Judith (Cristina Castaño), una psicóloga con gran éxito profesional y una excelente posición económica que no terminó de encontrar a su media naranja. La soledad de Berta, la obsesión de Antonio por mantenerse en la presidencia, la baja autoestima de Amador tras su despido y el deseo de Maite de poner fin a su matrimonio, fueron algunos de los conflictos internos que vivieron los vecinos del inmueble. Preocupante y desesperada: así fue la situación económica de la comunidad de propietarios, el impago de las cuotas comunitarias por parte del moroso provocó que la falta de liquidez impidiera llevar a cabo cualquier mejora en el inmueble. Intriga y comedia convivieron en esta temporada con una trama de continuidad que se prolongó a lo largo de la temporada: la investigación de la misteriosa muerte del moroso. La policía no abrió diligencias al considerar que el fallecimiento se produjo por causas naturales, pero Goya y más tarde Coque, Antonio Recio y Enrique Pastor, que sospechaban que algo turbio se escondía tras el asunto, estuvieron decididos a esclarecerlo.
4ª Temporada
Preocupado por la deuda que el moroso acumulaba en las cuentas comunitarias, Antonio Recio intentaba buscar una financiación alternativa con la que sanear las cuentas de la comunidad. Alquilar ilegalmente el 2°C o participar en una liga de fútbol entre urbanizaciones de la zona para ganar el premio en metálico de la competición, fueron algunas de las singulares iniciativas en las que se embarcaba el mayorista de pescado congelado. Antonio rivalizaba con los vecinos, que no estaban contentos con su peculiar gestión de la comunidad. Por otro lado, Antonio investigaba quién fue el misterioso amante de su mujer Berta, que decidió confesarle su romance con un hombre.
Amador, tras superar su ruptura con Maite, estubo decidido a disfrutar de su nueva condición de soltero. La búsqueda de la libertad marcó la nueva etapa del ex-profesional bancario, condicionada por la compleja convivencia en el apartamento de Leo, las dificultades económicas y las continuas discrepancias con Maite. Amador comenzó a trabajar en empleos precarios como barrendero o enterrador. Cada vez que encontraba trabajo, trataba de ocultárselo a Maite, al tiempo que buscó a quien dejar a sus hijos durante la jornada laboral.
Recuperar a su familia, superar las secuelas del secuestro y recobrar la confianza de sus convecinos fueron los motivos por los que Enrique decidió ponerse en manos de Judith. Las sesiones de terapia con la atractiva psicóloga propiciaron un mayor acercamiento entre ambos. El vicepresidente de la comunidad no fue insensible al encanto de la facultativa, mientras que ella se sentió atraída por su madurez y personalidad. Su romance con Judith devolvió la alegría e ilusión al concejal, al tiempo que recuperó su equilibrio emocional. Aunque la pareja comenzó a verse en secreto, su relación se hizo vox populi cuando Enrique comunicó la noticia a Fran y Maxi.
En el último capítulo de la temporada Goya murió en un accidente doméstico. Lola echó a su madre de casa tras haberle mentido una vez más sobre la identidad de su padre y ella recurrió a los brazos de Maxi en busca de consuelo y mantenimiento. Antonio descubrió que Coque era el amante de su mujer y decidió pedirle el divorcio. Berta acabó dejando definitivamente a Coque y le regaló el piso a Parrales (Carlos Alcalde) para meterse nuevamente a monja. Enrique le pidió matrimonio a Judith y, aunque lo rechazó, le ofreció mudarse a vivir a su casa. Sus amigas la convencieron para que les alquilara el ático pero Enrique se echó atrás y le ofreció temporalmente el piso del moroso. Tras las rupturas de Enrique, Coque y Antonio de sus respectivas parejas, estos emprendieron un viaje juntos, con la caravana sin rumbo fijo, cerrando así la cuarta temporada.
5ª Temporada
Tras pasar una larga temporada recorriendo los pueblos de España junto a Antonio y Coque, Enrique recibe la inesperada llamada de Judith que le pide que regrese urgentemente. Cuando llegan a "Mirador de Montepinar", descubren un panorama desolador: han cortado la luz del inmueble, no hay conserje y las cuentas de la comunidad están en números rojos. El concejal es consciente de que Judith, en calidad de presidenta, le ha pedido ayuda para hacer frente a una situación que le desborda. El “cambio de acera” de Araceli Madariaga tras su regreso a la comunidad y la indecisión de Judith sobre su relación sentimental mantienen en un sin vivir Enrique.
Antonio no le perdona a Berta la infidelidad con Coque, y esta tratara de recuperarlo. Por su parte, Antonio tratara de rehacer su vida sentimental y recuperar la presidencia.
Lola se marcha temporalmente a Miami para grabar una serie de televisión "Los amantes de Adelita". El temor de Javi a que pudiesen aparecer en ella genes de su madre, el ambiente de liberal de esa zona y la presión de los "leones" harán que Javier dude seriamente sobre la fidelidad de su mujer. Un beso por error a Raquel hace que sufra la tentación de ser infiel a su mujer. Por otra parte ella, se empieza a enamorar de él.
Obligada judicialmente a abandonar el hogar conyugal, Maite se instalará en el piso de Nines y Raquel. Por su parte, el ex de la Cuqui, Amador descubrirá que su sueño de disfrutar de su condición de soltero se complicará enormemente con la llegada de su madre Justi (Amparo Valle), anciana que ha dejado su Albacete natal para encauzar la caótica vida de su hijo y lograr que este vuelva con Maite.
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